A finales de 2018, una de las fundadoras de Kemonïk estaba a punto de volverse a Girona después de seis meses en San Lucas Tolimán, cuando un niño de 5 años inquieto y directo llamado Nelson se le acercó y le pidió que para el año siguiente le trajera un par de tarugos. Laura no tenía ni idea de qué era eso, pero preguntó y su cabeza empezó a funcionar. ¿Cómo conseguir esos tarugos para Nelson, pero a la vez tener un impacto en toda la comunidad? Si el fútbol es tan importante en Guatemala, ¿podríamos usar el fútbol y vincularlo a frenar la violencia intrafamiliar?

Al llegar a Girona ya tenía casi todo montado. Con la ayuda de su primo Miquel, quien coordinaba el Club Esportiu Bescanó por aquel entonces, decidieron hacer una recolecta de botas de fútbol (tarugos) en enero de 2019. Seguro que los reyes habían traído botas nuevas y había mucha gente que acababa tirando las viejas en buen estado. El objetivo, conseguir cuántas más mejor para luego organizar un campeonato de fútbol familiar en Guatemala y conmemorar el 25 de noviembre, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, reivindicando así la familia como espacio seguro y libre de violencia.

Gracias a esta recolecta, se consiguieron 95 pares de botas de fútbol que fueron enviadas a Guatemala con el apoyo de Dachser.